Sin embargo, tras las primeras reuniones mantenidas con representantes de la Consejería de Economía, se sienten decepcionados y bastante desconcertados con el modelo de ayuda propuesto para los compradores de estos productos. Y es que, en esta ocasión, el Gobierno no ingresará directamente al comprador el dinero de la ayuda, como hace con los electrodomésticos o calderas, si no que les proporcionará una serie de puntos en la Tarjeta de Fidelización Comercio Cantabria que podrán canjear en cualquier establecimiento incluido en esta red.

El proceso que se sigue es el siguiente. La subvención será del 25% del importe total de la compra realizada, impuestos no incluidos, siempre que supere los 300 euros y que se hayan adquirido entre el 15 de marzo y el 14 de junio.

Esa cantidad se convierte en puntos que se pueden utilizar en cualquiera de los establecimientos adscritos a la Fundación Comercio de Cantabria, aunque no estén relacionados con el sector del mueble, y que recibirán el importe de ese canje de la fundación. Pero para ello, y en este caso, los empresarios de los muebles habrán tenido que adelantar ese importe a la fundación. Posteriormente y una vez tramitada la ayuda por parte del Gobierno regional será este el que devuelva el dinero adelantado a los empresarios.

El complicado trámite no ha gustado mucho a los comerciantes del mueble y así lo manifiestan en las reuniones informativas que se celebran estos días. Una de ellas se celebró el pasado lunes, en uno de los locales del edificio de la ONCE. El encuentro, al que asistieron unos 80 comerciantes y representantes de la fundación, acabó con un plante de 70 de los primeros que, sin esperar a que acabase la reunión, abandonaron el salón.

Su principal crítica se relaciona con el adelanto de su dinero a la fundación, máxime cuando no se les pudo concretar la fecha en la que les será devuelto. Uno de los asistentes a esta reunión, propietario de una mueblería en Santander, señaló a este periódico que cada vez que vendan uno de sus productos deberán reservar un 25% del importe (es decir, la subvención que recibe al comprador) e ingresarlo a la fundación para que esta, a su vez, se lo ingrese a los propietarios del establecimiento donde se vayan a canjear los puntos. «Además del 25% tenemos que pagar el IVA y la cuestión es que a nosotros nadie nos ha dicho cuándo recuperamos nuestro dinero», explica.

Otra cuestión que censuran es que los establecimientos se verán obligados a hacer las tarjetas a todos aquellos compradores que no la posean y que deseen recibir el descuento. «Al final nos utilizan como comerciales de esta tarjeta pues seremos nosotros los que nos encarguemos de todo el papeleo que conlleva», explica otra propietaria presente en la reunión.

Desde Reinosa, otro empresario de un comercio de mobiliario de cocinas recuerda que, en su caso, la compra se paga una vez instalado el producto, tras varios meses de espera a los materiales y a las diversas piezas. «En este caso ¿cómo vamos a poder participar en la campaña si esta concluye dentro de unos meses?», pregunta.

Gran aceptación

El director general de Comercio, Fernando Toyos mantiene que los empresarios de este sector «han acogido con una gran aceptación esta iniciativa» y asegura que no ha visto tantas objeciones durante las reuniones. Recuerda que una campaña similar se realiza en Bilbao y que ha permitido revitalizar a estos comercios en estos tiempos de crisis. Insiste en que en Cantabria se están realizando reuniones informativas, una de ellas tuvo lugar ayer, para disipar las dudas y en que cuando se conozca bien el proceso de canje los comerciantes comprobarán lo sencillo que les resulta.