24 de Noviembre de 2009.  
      EL GOBIERNO DE CANTABRIA GOLPEA DE NUEVO AL COMERCIO Y PERMITE ABRIR EL 3 DE ENERO.

La mayoría de asociaciones representativas del sector no lo propusieron pero entre la consejería de Economía y unos pocos comerciantes han vuelto a favorecer los intereses de las grandes superficies

La Federación del Comercio de Cantabria COERCAN y las 41 asociaciones locales y sectoriales integradas en ella, quieren mostrar su más enérgica repulsa por el nuevo atropello que, desde la consejería de Economía del Gobierno de Cantabria, se ha vuelto a cometer con el sector Comercio en nuestra región aprobando como domingo de apertura el 3 de enero de 2010.

La publicación, hoy, de ese listado, no hace sino confirmar, además de la deriva a favor de las grandes superficies de nuestro consejero, el de todos, el servilismo de unos pocos comerciantes que se han arrogado, sin ostentarla, la representación de todo el sector y que, en lugar de defender sus intereses, los han malvendido. Ya ocurrió el año pasado y, salvo COERCAN y sus 41 asociaciones integradas, que representan los intereses de los comerciantes de toda la región, ninguna otra luchó, de verdad, contra una situación injusta que, por desgracia, se vuelve a repetir, generando, de nuevo, grandes pérdidas a un sector al que luego se dice proteger con otras medidas peregrinas y sin efecto desde las instituciones regionales.

Desde COERCAN sólo se puede seguir animando a los comerciantes a seguir ofreciendo lo que han hecho siempre, que no es otra cosa que una atención personalizada y productos de calidad, al tiempo que reiterarles que sus verdaderos representantes son los que están con ellos en todo momento y con los problemas que les preocupan de verdad.

En momentos de crisis como los que vivimos, con numerosos cierres de comercios y con un año 2010 que se presenta complicado, sólo faltaba un decreto-ley que haga que las grandes superficies vuelvan a hacer la caja del año a costa de la pérdida de empleo y la desaparición de más comercios, sin entrar a valorar lo que afectan estas medidas a la tan vendida conciliación de la vida laboral y familiar de los trabajadores

 

 
 

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