12 de Julio de 2005.  
      ESB Internacional abandona su proyecto de ciclo combinado para Los Corrales.

   

La empresa irlandesa asegura que le ha sido imposible firmar la opción de compra de una parcela en el nuevo polígono y anuncia que dirigirá sus esfuerzos al desarrollo de iniciativas en otras zonas del mercado español

AMOREBIETA. El proyecto contemplaba construir una planta similar a esta en Los Corrales de Buelna. / DM

 

 

ESB Internacional, la compañía eléctrica irlandesa que anunció hace dos años su deseo de instalar en Cantabria una central de ciclo combinado de 800 megavatios, explicó ayer que ha desistido y que no acometerá el proyecto que tenía previsto desarrollar en Los Corrales de Buelna. ESB Internacional, a través de un comunicado, explicó que «esta decisión ha venido determinada, exclusivamente, por la imposibilidad de firmar una opción de compra de una parcela en un nuevo polígono industrial a desarrollar en Los Corrales, tal y como contemplaba el acuerdo alcanzado el pasado mes de diciembre». Según aseguran, «desde esa fecha ESBI no ha recibido ninguna comunicación oficial de las causas de este retraso desde los estamentos públicos, mientras que, por el contrario, se han repetido distintas intervenciones públicas de responsables políticos que no tienen la suficiente información ni competencia que les permita elucubrar sobre la evolución de los interés de la empresa en España». Mientras tanto, a media de tarde de ayer, desde las Consejerías de Industria y Obras Públicas no se hacía valoración alguna al respecto porque, según explicaron, no tenían, al menos hasta ese momento, comunicación oficial alguna de la firma irlandesa.

ESBI, promotora de la primera planta de generación independiente desarrollada en España, que entrará en funcionamiento en Amorebieta (Vizcaya) el próximo mes de agosto (la de Los Corrales pretendía ser idéntica a la de Amorebieta), anunció se deseo de desarrollar su segundo proyecto prioritario en el mercado español en la comunidad cántabra.

El proceso

Representantes de la empresa eléctrica irlandesa, después de reunirse con el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, anunciaron a finales de 2003 que el lugar elegido para instalar la planta era Los Corrales de Buelna y concretamente su futuro polígono industrial. Todos, incluidos los representantes políticos de la zona, mostraron su satisfacción por la inversión anunciada (unos 500 millones de euros), en una comarca fuertemente castigada por diferentes procesos de reconversión industrial.

Después de aquel buen comienzo, el proyecto comenzó a acumular meses y meses de retraso. A mediados de 2004 los irlandeses no habían conseguido dar el primer paso, no habían logrado aún la reserva de suelo. En aquel momento, ESBI explicó que en la memoria descriptiva que había entregado al Ejecutivo cántabro, la empresa irlandesa esperaba haber firmado los contratos de opción de compra y arrendamiento de los terrenos en abril para, inmediatamente, iniciar el proceso burocrático y tener la planta en funcionamiento en junio de 2009. Los irlandeses dejaron claro que no gastarían ni un céntimo sin tener asegurado el suelo. También entonces, hace más de un año, el Ejecutivo afirmaba que ESBI no tendría ningún problema de suelo y que lo que ocurría era que los terrenos del polígono no estaban aún en manos de Sicán que es quien debe gestionar el suelo.

Los pasos

Hasta el inicio de la construcción de una central hay que pasar unos rigurosos trámites. Según ha explicado la empresa, si la opción de compra de los terrenos se hubiera producido en abril de 2004, habría comenzado a elaborar la Memoria Resumen, definiendo el alcance del Estudio de Impacto Ambiental y su posterior envío al Ministerio de Medio Ambiente, en el mes de mayo, para distribuir en junio la Memoria a todas las entidades potencialmente afectadas. La previsión era que en julio se recogieran las sugerencias.

El siguiente paso es la elaboración del Estudio de Impacto Ambiental, que estaba previsto realizar entre agosto y diciembre de ese año, para exponerlo públicamente en enero de 2005 y recoger las alegaciones y responderlas en febrero. Luego llega la evaluación del Estudio de Impacto Ambiental en el Ministerio de Medio Ambiente y la tramitación de la Autorización Ambiental Integrada ante el Gobierno de Cantabria, trámites que se preveía hacer entre febrero de 2005 y febrero de 2006, para obtener la autorización administrativa, la Declaración de Impacto Ambiental, la Autorización Ambiental Integrada y las licencias locales en junio de 2006. Luego llevaría doce meses negociar el contrato de construcción, con lo que la planta se haría entre junio de 2007 y junio de 2009.

 
 

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