La Federación del Comercio de Cantabria quiere demostrar que la mayoría del comercio de la región apoya su petición de cambio

La Federación del Comercio de Cantabria COERCAN, en vista de la nula respuesta de la consejería de Economía a sus peticiones de reunión para tratar otros temas de gran importancia al tiempo que no se permita la apertura de las grandes superficies el domingo 3 de enero, ha iniciado una campaña de recogida de firmas entre todo el comercio de la región para entregárselas a Ángel Agudo, consejero, y demostrarle que la mayoría del sector se opone, en contra de su opinión, a dicho atropello.

Además, se entregará una circular a los comerciantes con toda la información recabada por COERCAN sobre este proceso que ha llevado a la declaración del domingo 3 como de apertura para las grandes superficies, desde la responsabilidad del consejero, pasando por la coartada utilizada por Agudo del apoyo de las cámaras de comercio y acabando con la connivencia necesaria de la Agrupación de Comerciantes del Centro, Asociación de Comerciantes del Casco Viejo y Apemecac, que han defendido los intereses de las grandes superficies en lugar de los de sus asociados.

El caso de las cámaras de comercio, de igual modo, no deja de resultar curioso, porque argumentar que se les ha consultado y que apoyan esta decisión es, cuanto menos, tratar de confundir a la opinión pública. A las cámaras no se les puede consultar nada porque no pueden negociar nada y, por esa razón, no participan ni en los convenios colectivos ni en la concertación social. Con esa lógica utilizada por el consejero, las Patronales empresariales sobran porque ya están ellas. Éstas son de obligatoria adscripción, tanto por comerciantes como por grandes superficies, por lo que representan a todos y, por tanto, no representan a nadie. Las cámaras, igualmente, están supervisadas por el propio Gobierno de Cantabria, por lo que su independencia es nula.  

Desde COERCAN se quiere trasladar al consejero Ángel Agudo que las acciones de defensa de los intereses del comercio continuarán mientras que siga ignorando el clamor de un sector que pide a gritos que no se le hunda con una decisión arbitraria, injusta y que ya supuso el año pasado millones de euros en pérdidas y el cierre de muchos establecimientos, al tiempo que dejó pingües beneficios en grandes empresas radicadas fuera de Cantabria.