25 de Enero de 2011.

 

 

    LOS COMERCIANTES DE CANTABRIA LAMENTAN LAS AMENAZAS DE INSPECCIÓN A SUS COMERCIOS POR EL IMPUESTO A LAS BOLSAS DE UN SOLO USO.

 

El consejero de Economía ha sustituido información por coerción en un gravamen innecesario que está generando graves problemas a los empresarios

La Federación del Comercio de Cantabria COERCAN ha recogido en los últimos días numerosas quejas de empresarios del sector, asociados y no asociados, que han puesto el grito en el cielo tras leer en la prensa las declaraciones del consejero de Economía, Ángel Agudo, sobre el  impuesto a las bolsas de plástico de un solo uso que se ha sacado de la manga.

Lo que más ha indignado a los comerciantes de la región es la amenaza inminente de realizar inspecciones entre ellos y sancionar a los que no cumplan la normativa recientemente impuesta de manera unilateral por el Gobierno. No parece un buen plan para concienciar a los empresarios del sector sustituir información –que ha sido absolutamente nula- por amedrentamiento.

Es curioso observar cómo, en estos últimos años, el Consejero ha apoyado con dinero de todos, entre ellos los comerciantes, el lanzamiento de costosas campañas publicitarias, que no de información, que de poco o nada han servido al sector, y, sin embargo, para dar a conocer un impuesto no se ha elaborado ni tan siquiera un pequeño manual.

El consejero, según los comerciantes, ha pintado en su rueda de prensa del pasado viernes con representantes de grandes superficies un mundo idílico que no se corresponde con la realidad que atraviesa el sector, inmerso en una grave crisis que, desde las administraciones, con medidas como la subida del IVA del año pasado, la de la electricidad de éste o ésta de las bolsas, sólo hacen que agravar aumentando la carga impositiva que soportan.

Eso sin olvidar que, por tercer año consecutivo, se ha permitido desde el Gobierno de Cantabria abrir a las grandes superficies los dos primeros domingos de enero, con el evidente perjuicio para el comercio de proximidad.

No se puede hablar de tarea de concienciación sin la preceptiva información porque a los comerciantes se les están generando graves problemas con sus propios clientes, que, por supuesto, tampoco tienen conocimiento de la aplicación ni de en qué consiste exactamente el impuesto.

Agudo, en un alarde de talante, ha dejado claro en otras declaraciones que el comerciante tiene dos opciones: cobrarle el impuesto al cliente o pagarlo él.

 

 

 

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