25 de Noviembre de 2011.

 

 

    COERCAN FELICITA LA GOBIERNO POR SU DECISIÓN SOBRE LA FUNDACIÓN COMERCIO CANTABRIA

 

Dilapidó millones de euros en un programa que solo ha servido para beneficiar a unos pocos

 

La Federación del Comercio de Cantabria (COERCAN) tras las declaraciones hechas públicas ayer por el consejero de Comercio, Eduardo Arasti, sobre la próxima finalización de la Fundación Comercio Cantabria, quiere mostrar su total apoyo a esta decisión, que desde la patronal del comercio de la región se había solicitado en reiteradas ocasiones.

 

Cabe recordar que la Fundación Comercio Cantabria, que se puso en marcha por iniciativa del ex consejero de Economía, Ángel Agudo, ha dilapidado en el tiempo que ha estado activa una cifra posiblemente superior a los 20 millones de euros, salidos, todos ellos, de las cuentas públicas.

 

A pesar de que se ha tratado de disfrazar, para no dar detalles de la misma durante su mandato, como de entidad privada, es insostenible este argumento a la vista de las aportaciones del anterior ejecutivo cántabro.

 

La Federación del Comercio de Cantabria (COERCAN) ya previno a Agudo sobre la escasa viabilidad que tendría el proyecto si no se hacía en consonancia con los comerciantes, teóricos destinatarios de la creación de esta Fundación.

 

El ex consejero decidió tirar hacia adelante y contó para ello como patronos y directivos de esta fundación a gente afín que no le pusiera ningún tipo de reparos a los dispendios que tenía proyectados y en la que lógicamente sobraba COERCAN.

 

Una gran parte de las iniciativas de los primeros tiempos se realizaron con los mismos proveedores, quienes, en lugar de preocuparse por las necesidades del comercio cántabro, entendieron más interesante realizar campañas publicitarias inútiles y con un coste desmesurado nunca visto en la región.

 

La base del programa de fidelización, ahora erradicado por el nuevo ejecutivo, era la de convertir a los comerciantes en los auténticos paganos del macroproyecto, quienes, a cambio de una cesión provisional de un ordenador personal, comprados a grandes superficies, y que hace unos meses se ha podido conocer dónde se encuentran apilados en su gran mayoría, cedían, en sus comienzos, unas comisiones desproporcionadas por cada venta realizada.

 

Paralelamente, desde la Fundación se quiso premiar, incluso económicamente, a los colaboradores necesarios de este proyecto, en el que los comerciantes se acostumbraron a ver periódicamente las mismas fotos cargadas de un ficticio éxito y sobre las que algunos de sus protagonistas tratan de buscar ahora una inexistente justificación tras el cambio de gobierno y la postura adoptada por este último.

 

Un despilfarro de dinero público cuyas notas más destacadas fueron las siguientes:

 

-Una publicidad mediática desmesurada y sin fundamento.

-La utilización de esta Fundación para tratar de castigar la Federación del Comercio de Cantabria (COERCAN) por no apoyar explícitamente este proyecto.

-La realización de un Plan Renove del Mueble con el único fin de aumentar el número de comercios adheridos al sistema de fidelización y cuyo resumen fue, por un lado, el desencanto generalizado debido al retraso en los pagos a las mueblerías, y, por otro, una sentencia judicial en contra de este Plan.

-Un número de comercios adheridos a la tarjeta de fidelización sustancialmente inferior al 10 % del total de comercios existentes en Cantabria.

 

Como guinda del pastel, la propia Fundación, en colaboración con uno de sus patronos, la Universidad de Cantabria,  programó y presentó a bombo y platillo para el mes de octubre, un curso de experto universitario en gestión del comercio minorista de 200 horas de duración, en horario laboral, al módico precio de 2.500 € por alumno. A día de hoy no hay noticias del mismo.

 

Desde la Federación del Comercio de Cantabria (COERCAN), patronal del sector en la región, en la que se integran 40 asociaciones con 3000 comercios adheridos animan al gobierno de Cantabria en general y a la Consejería de Comercio en particular a trabajar por el comercio cántabro y pedir las oportunas explicaciones y responsabilidades a quienes gestionaron y permitieron este despilfarro.

 

 

 

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